- Es tan larga la clave de tu teléfono
como la distancia oceánica que nos separa:
el tecleo parece
que no fuera a acabar nunca
y me invade un temor de vértigo
y una fatiga de nao de la Edad Media.
Soy yo de nuevo, amor, para decirte
que a la orilla del estanque
hay dos mirlos disputándose una lombriz,
a pesar de que la lluvia arrecia
formando ondas carentes de espacio,
como esta llamada mía, onda o chispazo,
que dejo en el aire
sin darte tiempo a coger el aparato.
Mas hoy te llamaré y te diré que te amo,
que sin ti me estoy muriendo,
que a la más hermosa azalea del parque
le ha salido un amor de tulipán extranjero
y que una mujer vestida de negro
me está mirando sin contemplaciones,
como si adivinara que no hablo con nadie,
que el móvil pegado a mi oreja
como un perro de presa cansino
está apagado hace rato y para siempre.
domingo, 23 de octubre de 2011
Onda...
ONDA O CHISPAZO
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