domingo, 23 de octubre de 2011

Onda...

ONDA O CHISPAZO



Es tan larga la clave de tu teléfono como la distancia oceánica que nos separa: el tecleo parece que no fuera a acabar nunca y me invade un temor de vértigo y una fatiga de nao de la Edad Media. Soy yo de nuevo, amor, para decirte que a la orilla del estanque hay dos mirlos disputándose una lombriz, a pesar de que la lluvia arrecia formando ondas carentes de espacio, como esta llamada mía, onda o chispazo, que dejo en el aire sin darte tiempo a coger el aparato. Mas hoy te llamaré y te diré que te amo, que sin ti me estoy muriendo, que a la más hermosa azalea del parque le ha salido un amor de tulipán extranjero y que una mujer vestida de negro me está mirando sin contemplaciones, como si adivinara que no hablo con nadie, que el móvil pegado a mi oreja como un perro de presa cansino está apagado hace rato y para siempre.

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